martes, 26 de abril de 2016

Somos


la hoja otoñal
que cae amarilla

el mar sin playa,
la margarita deshojada,
la rosa quebrada


Sin vuelta de hoja somos:
el amor transitorio,
aquel que anida por una temporada,
el que eleva el vuelo
a la primer mentira
al primer engaño


Razonadamente somos:
la esmeralda y el rubí
la luz que se opaca por momentos,
el lucero de la mañana


Metafóricamente somos
las ideas conjugadas en palabras,
la exclamación de la sorpresa 

el suspiro del viento somos.


lunes, 18 de abril de 2016

Pepe grillo


Camina despacio, endereza la espalda
Hazlo con elegancia
No arrastres los pies
Evita caerte

Espera, que hay más

sábado, 16 de abril de 2016

Monólogo XXI

El mar está tranquilo, el sonido de las olas apenas son un susurro.  Percibo el silencio que me acompaña, el silencio se escucha aún en el bullicio.  ¿Lo sabías? Solo presta atención.  Sus alas correrán hacia tus oídos y enmudecerás al contacto de su caricia.  Es leve pero profunda.  Narcotiza. Pareciera que “el silencio habla”. 

El pasado y el futuro son divisiones de la mente, siempre estarás en el ahora,  a pesar de tu pensamiento. 


Contemplo el mar, me acerco a la orilla y mojo mis pies.  Es una delicia sentir la espuma que corre a juguetear con ellos.  Es imposible no pensar, pero ahora pienso solamente en el mar, percibo el suave viento que sacude mi cabello,  siento la caricia del agua, que llega corriendo hasta dónde estoy sentada, es una sensación grata.  Lo vivo… lo siento…  no existe divorcio entre el mar y yo.  Y sólo está  presente,  mi momento, mi ahora. 


martes, 12 de abril de 2016

Monólogo XX

Monólogo XX

He dejado  atrás la búsqueda del aplauso así como dejé de buscar la compañía ¡No me interesa! Es decir, la compañía constante.  Es mejor la compañía circunstancial que puede durar unos minutos y ves que se aleja.  

Las compañías circunstanciales están por todos lados, dispersas.  Son buscadores y te encuentran.  Conversan, cuentan un chiste, sonríen te cuentan cualquier cosa y luego… se alejan.


viernes, 8 de abril de 2016

Monólogo XIX


Me cuestiono: ¿Qué busco? Realmente, además de la felicidad, como es de todos bien sabido porque eso nos enseñan desde pequeños (“el hombre nació para ser feliz”) la tranquilidad y la paz interior.  Cada quien encuentra el camino de esa tranquilidad y esa paz interior  así como cada quien descubre si existe o no existe Dios.

Complicado.  La paz y tranquilidad la encontramos en el momento que tenemos resuelto nuestro problema económico y, podemos disfrutar de la vida sin necesidad de desgastarnos buscando fuentes de subsistencia.

El hombre primitivo que no se había creado tanta necesidad ni física ni moral, se acercaba a  la felicidad y la paz espiritual más rápidamente.  El hombre moderno ha descubierto la comodidad y la diversión como base para su felicidad y tranquilidad.  De esa diversión y comodidad se desprende la desgracia del ser humano.

El hombre primitivo construía su cabaña cercana a un río o lago, vivía de la pesca y se desarrollaba más sano que el hombre moderno.  No tenían a su alcance ni licor ni droga que hace tanto estrago.  Cultivaban la tierra y producían verduras y árboles frutales, prácticamente no necesitaban dinero para comprar víveres.  El hombre moderno gasta horrores para cubrir esas necesidades básicas.


Naturalmente tenía que haber un desarrollo de la sociedad, ¿Sería desarrollo? Quizás en un principio,  pero como siempre, ese desarrollo se vio contaminando con la decadencia de valores morales o éticos.  La  corrupción y la ambición del hombre tiraron por la borda lo que consideraron desarrollo.

Cuanto se han quebrado la cabeza grandes economistas y sociólogos descubriendo las Leyes del desarrollo de la sociedad.  ¿De qué ha valido? Marx y Engels, demostraron que las relaciones de producción entre los hombres son la base de toda la vida social.  ¿De qué ha valido ese descubrimiento?




lunes, 4 de abril de 2016

Monólogo XVIII


Llega el llanto de un niño lo que me hace recordar que la vida continúa.  De repente te desconectas del mundo y te encierras en una cápsula de cristal a dónde apenas llega lo que tu mente ha recopilado durante los años de experiencia que has tenido.

Y así como el llanto del niño llega la voz de un merolico que por medio de un micrófono ofrece los artículos que vende.  A través de ese merolico descubres los precios que tienen los artículos comestibles que ofrece:  verdura,  fruta, y más.

No, si la vida continúa en la misma forma que has venido experimentando desde que viste la luz del sol.  No sé si habrá un cambio en el proceso de vida pero pienso que sí.  Todo se ha venido gestando desde un principio, aunque de repente existen retrocesos o saltos; en una palabra, los retrocesos o saltos como que vienen a ser lo mismo.  Al final, te preguntas que es lo que el hombre busca.  Va derechito a su propia destrucción.

Ni el capitalismo y menos el comunismo han dado una respuesta adecuada para hacer que el hombre despeje su mente, el hombre siempre se estará interrogando. Lo que no puede predecir es el comportamiento de la naturaleza aunque los científicos se acerquen al descubrimiento ¿De qué?

Las sociedades están compuestas de poderosos y débiles = ricos y pobres.

Creo que la avaricia y la ambición han perdido al hombre que no ha sabido equilibrar la balanza de la justicia.

Como ves es un planteamiento elemental.  Todo es elemental en la vida.



viernes, 1 de abril de 2016

Monólogo XVII



Martes ya de la próxima semana de la anterior. 
Liberando tensiones. Conversando quizás con la persona que por el momento considero la más inteligente para conversar, pasando de un tema a otro, siempre sobre la vida.  Ningún libro de por medio, ni una melodía, solo el sonido de dos voces que intentan entenderse.  Se entienden por supuesto, hasta el punto de parecer dos pitos de tren queriéndose acercar a conclusiones cuerdas y realistas.

Claro que se sacan conclusiones y aquellas dos inteligencias salen satisfechas de lo dicho.


No lo podría repetir porque es un verdadero rollo, y no los quiero involucrar en él, que quede la satisfacción de saber que lo dicho fue resuelto de la mejor manera posible, y que el conflicto existencial por el que pasaba una de las dos inteligencias quedó saldado.  Es decir, ¡Saldado!  Lo que indica que siempre un diálogo inteligente resuelve los conflictos.