sábado, 28 de mayo de 2016




Me parece raro no hablar de usted contigo
como dos recién conocidos
luego ya no te reconocería
por cuestiones puramente mentales

o lingüísticos



martes, 24 de mayo de 2016


Soy volátil
Soy viento.
Desaparezco en el espacio
y alcanzo  tu centro
uniéndonos en movimiento de ola.

Sobre el cielo los gavilanes
bajo la tierra el fuego dormido.


viernes, 20 de mayo de 2016

Monólogo XXII

Monólogo XXII
No existe mucha diferencia entre monólogo y diario.  Pero el diario se pierde por una simple razón: se vuelve cotidiano y en la vida hay mucha repetición y es allí en dónde pierdo el control para encontrar las palabras que embellezcan  la cotidianidad.  En cuanto al monólogo es  intentar platicarte considerándote tu única compañía  entonces lo cotidiano a pesar de serlo, empieza a ser interesante.

No importa que repitas la misma caminata matinal si monologando encuentras un nuevo encanto a lo cotidiano como que descubres que el mismo trino de la mañana anterior hoy sonó diferente.  ¿Y cómo no? si llovió toda la noche y las aves que te acompañan en tu  recorrido ya no piden agua, ahora agradecen la lluvia como los Siux lo hacían en un baile circular.

Observas que la naturaleza sufrió un cambio quizá momentáneo pero satisfactorio tanto para el hombre como para los animales.  Ya refrescó y la temperatura se ha suavizado.  El bendito sol ha tenido la gentileza de dejarnos descansar para volver de seguro con más fuerza a destrozar la débil piel del humano.

Aunque recuerdas que el hombre va de la mano con las cucarachas que se adaptan divinamente a los cambios.  Luego te preguntas quien será más inteligente ¿La cucaracha o el humano?  Partiendo que la inteligencia está en la capacidad de adaptación.  Empiezas a pensar que la cucaracha es más inteligente porque tiene millones de mundos adaptándose.

Y así continúas y descubres que lo cotidiano también puede ser divertido.




domingo, 15 de mayo de 2016


En algún momento diremos adiós
y partiremos
en la soledad de la distancia
con el bullicio de las olas
y el mar embravecido
o la tranquilidad del campo
que se acompaña por el rocío de la mañana.
En algún momento diremos adiós
y partiremos.