Monólogo VI
Aprovecho que
aún cuento con lucidez y memoria podría ser que pronto pierda de vista hasta mi
pasado más cercano. No es una certeza,
pero todos estamos expuestos a que suceda cualquier acontecimiento negativo en
nuestra salud y de pronto perdamos hasta el gusto por un helado.
¡Me hubiera
gustado tanto! Que mi madre hubiera guardado comunicación hasta el último
momento de su vida, pero se fue quedando encerrada en un mutismo de
cristal. Interesante es, que cuando nos
acerquemos a la muerte o la presintamos hablemos de nuestras impresiones y
sensaciones de esos momentos, pero me inclino a pensar que el miedo ancestral
hacia la muerte nos pierde en aislamiento
y mutismo, quizás es una defensa del cerebro para no darnos cuenta que
pronto dejaremos el mundo que nos gusta y atrae con tanta fuerza. Pido al gran Maestro pueda mantener
comunicación y poder informar paso a paso el acercamiento a aquella sentencia
de muerte esperada desde nuestro nacimiento.
Eso, si me acerco tranquilamente y mi sino no es morir dramáticamente en
un accidente o bien un asesinato.
Dejo a un lado
tan atroz pensamiento. Pero igual, útil.