El ángel perdió altura y revoloteo a medio camino con desesperación. No le importó el canto de los ruiseñores ni los sueños del hombre. Sus alas se pintaron de azul y el peso no le permitió continuar su viaje quedó aprisionado entre el cielo y la tierra.
Su desesperación terminó asfixiándolo se desvaneció sin consciencia y, cayó a lo más profundo de la tierra.
Perdió sus alas y continuó el camino con sus extremidades inferiores.
Aída
Octubre 2011