vi al miedo que sonrió y me dijo: “no temas
somos amigos, ven”
tomó mi mano y me llevó
por callejones oscuros
vi guerras y muerte.
¡Me horroricé! Pero el miedo no soltó mi mano
se elevó sobre toda aquella destrucción
pero nunca vi que amaneciera
…El mundo rodaba y rodaba.
Me llevó por otro callejón en dónde
sobresalía un edificio blanco
y penetramos en él
vi enfermedades y ¡Me horroricé!
pero el miedo no soltó mi mano.
A lo lejos se escuchaba un jazz
tocado por Louis Amstrong
era lo más parecido a vida
le pedí al miedo que me soltara
Pero no quiso
me arrastró a otro callejón donde sobresalía el hambre
¡Me horrorice!
A lo lejos continuaba la trompeta de Louis Amstrong
¿Sería vida?
No sé pero me quería quedar allí
Escuchando al genial trompetista.
El miedo me sonreía y soltó mi mano
Las luces de Nuew York se encendieron
Y vi a Frank Sinatra y Marilyn Monroe
Corrí a su encuentro y se desvanecieron
Pero la trompeta de Louis Amstrong continuaba tocando.
Este poema lo escribí hace algún tiempo.